martes, 8 de febrero de 2011

Lineamientos pastorales en materia de Género.

Introducción:


El Evangelio de Marcos es el más antiguo, por lo tanto, el más próximo al Jesús histórico. Se lo fecha antes de la caída de Jerusalén ocurrida el año 70 dC. Por su proximidad histórica al acontecimiento Jesús de Nazaret es que lo prefierimos para reflexionar sobre este aspecto.

Si bien Marcos asigna un lugar significativo a las discípulas mujeres no deja de situarlas en un rol secundario en relación a los discípulos hombres.

Sin embargo, una lectura “contra cultural” del Evangelio de Marcos, es decir, desde “la resistencia” en clave “jesusiana y no cristiana” permite una comprensión diferente de lo que hasta el momento parecía obvio.

La diferencia de clave de lectura, entre “jesusiana” y “cristiana” es fundamental. La primera, sería una aproximación al texto bíblico desde la cercanía a Jesús de Nazaret, es decir, intentar leerlo con los lentes con los que nos transmiten los Evangelios, que leyó Jesús su sociedad, su cultura, su religión; donde la persona, no importa si es hombre o mujer, está por encima de la tradición, de la ley, de las estructuras organizativas que se da una comunidad. La segunda, sería una aproximación al texto bíblico desde el Cristo construido a partir de la fe, producto de una cultura determinada, que debió abrirse y dialogar con otras culturas. Un Cristo producto de doctrinas y dogmas que marca una distancia signifiativa entre el Jesús histórico y la Comunidad discipular actual.

Desde la perspectiva “jesusiana”, las discípulas mujeres pueden ser vistas, como el verdadero modelo de discipulado a seguir, en contraposición a los discípulos hombres que no lograron comprender el mensaje ni la persona de Jesús.

Hasta pareciera que Jesús, adopta actitudes que en su sociedad y su cultura era propias de las mujeres, a la hora de proponer el seguimiento a su persona y su proyecto, como la demuestran los siguientes textos:

“Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre. Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor. Cuando oyó hablar de Jesús, esta mujer se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó la capa. Porque pensaba: “Tan solo con que llegue a tocar su capa, quedaré sana.” Al momento, el derrame de sangre se detuvo, y sintió en el cuerpo que ya estaba curada de su enfermedad. Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de él, se volvió a mirar a la gente, y preguntó: —¿Quién me ha tocado la ropa?. Sus discípulos le dijeron: —Ves que la gente te oprime por todos lados, y preguntas ‘¿Quién me ha tocado?’ Pero Jesús seguía mirando a su alrededor, para ver quién lo había tocado. Entonces la mujer, temblando de miedo y sabiendo lo que le había pasado, fue y se arrodilló delante de él, y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: —Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y curada ya de tu enfermedad” (Mc. 10,25-34).

Resulta interesante y significativo, releer los signos de sanación obrados por Jesús. En unos hay una demanda expresa de la persona enferma  (Mc. 1,40; 10,47). En otros, hay personas que median entre Jesús y la persona enferma aunque esta sea adulta (2,1-12; 7,31-37; 8,22-26). Todos estos casos, la persona enferma es un hombre. Sin embargo, la mujer enferma de hemorragias no tuvo quien la presentara y mediara ante Jesús. Probablemente se encontraba en tal estado de indefensión que ni siquiera pudo abrir la boca para suplicar. Simplemente cree y espera. ¿Cuántas veces habrá sufrido humillaciones por ser mujer, por estar enferma y por ser impura? Triplemente discriminada, victimizada y excluida por una sociedad y una cultura que tiene lugar solo para los hombres, los sanos y los puros. A ésta, temerosa y arrodillada, Jesús sana, restituye su pureza que la incluye en la comunidad y envía.

Esta mujer, recorrío el mismo camino de Jesús en su calidad de Siervo de Yavé (Is. 52,13-53-12).  Discriminación por su orígen (Mc. 6,1-6). Victimización por parte de las autoridades socio políticas y religiosas (Mc. 2,23-27; 3,1-6.22). Exclusión de la comunidad – pueblo (Mc. 14,1-2.45-15,47).

Jesús había ido a Betania, a casa de Simón, al que llamaban el leproso. Mientras estaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo puro, de mucho valor. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los presentes se enojaron, y se dijeron unos a otros: —¿Por qué se ha desperdiciado este perfume? Podía haberse vendido por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres. Y criticaban a aquella mujer. Pero Jesús dijo: —Déjenla; ¿por qué la molestan? Ha hecho una obra buena conmigo. Pues a los pobres siempre los tendrán entre ustedes, y pueden hacerles bien cuando quieran; pero a mí no siempre me van a tener. Esta mujer ha hecho lo que ha podido: ha perfumado mi cuerpo de antemano para mi entierro. Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia, se hablará también de lo que hizo esta mujer, y así será recordada (Mc. 14,3-9).

El mismo texto, pone en comparación las actitudes de la mujer y las actitudes de los hombres, incluido el anfitrión. Marcos plantea que algunos de los presentes se enojaron (14,4) pero su paralelo en Mateo dice que los discípulos se enojaron (26,8), incluso en Juan se dice que Judas Iscariote, uno de los discípulos es quien protesta (12,4-5). Sin lugar a dudas fueron los hombres quienes se enojaron por la actitud de agasajo de la mujer. Sin embargo Jesús la justifica (Mc. 14,6-9).

Podemos dar muchas interpretaciones desde una perspectiva cristiana, como la que da Marcos vinculando este suceso con el rito funerario de época. Pero nuevamente desde una perspectiva jesusiana: comprobamos que la mujer fue justificada por Jesús, porque simplemente estaba siendo culpabilizada por sus acciones, porque los discípulos – hombres estaban reproduciendo el modelo cultural donde la mujer es inferiorizada y desvalorada. Ella “hizo lo que pudo” (14,8), lo que tuvo a su alcance, lo que salió de su corazón, para demostrar su amor y admiración a Jesús. Seguramente Jesús valoró su autenticidad, tal como él actuó en la vida.


 Posición Eclesial.

La Iglesia Episcopal Antigua, sentimos la convocatoria a seguir el ejemplo de Jesús que dignificó y liberó a las mujeres de todo el peso cultural que las discriminaba y sometía a los hombres. También sentimos el impulso a enfrentar algunos desafíos:

1-     Los evangelios también son historias de mujeres, pero al ser contadas por hombres (y vale para toda la biblia) es necesario “desmantelarlas” del aparato machista y patriarcal, producto de la sociedad y la cultura, que desvirtúan su contenido liberador y dignificador.

2-     Es necesario devolver la voz a las mujeres silenciadas, invisibilizadas y colocadas en planos secundarios en la historia de la Iglesia. Los Evangelios evidencian, junto a otros documentos del Segundo Testamento, que ellas tuvieron un marcado protagonismo junto a Jesús, y en muchos casos superior al de los Doce. Desempeñaron un relevante liderazgo en las comunidades, cumpliendo roles de dirigencia (diáconas y apóstolas).

3-     Jesús no hizo diferencia entre discípulas y discípulos. Estas surgen a partir de los condicionantes epocales de la cultura centrada en el varón. Es más, desde una lectura alternativa o subversiva, como decíamos al comienzo, se podría concluir que Jesús se puso de parte de las mujeres en todas las circunstancias.

4-     Desde esta lectura, podemos identificar testimonios donde las discípulas mujeres fueron más fieles, más coherentes y más radicales en el seguimiento de Jesús, que los discípulos hombres.

Tan evidente resulta la incomodidad de la comunidad discipular masculina, que no solamente silencian a las discípulas mujeres, las ponen en un plano secundario quitándoles protagonismo, sino que las descalifican, malinterpretando y manipulando, por ejemplo, el texto de Mc. 16,9 (cf. Lc. 8,2) presentando abiertamente a María Magdalena como una endemoniada a la que Jesús había liberado. Pero muy solapadamente dicen que Pedro fue un traidor y un violento, o que los otros diez apóstoles fueron unos cobardes que abandonaron a Jesús, justificando la mediocridad de sus acciones con texto proféticos que tranquilizan sus conciencias y las de algunos lectores asiduos de la Biblia.

A partir de esta fundamentación, definimos cuatro líneas de intervención pastoral en materia de género:

-          Violencia Doméstica.
-          Salud Sexual y Reproductiva.
-          Divorcio.
-          Acceso a ministerios ordenados.

Cada una, será fundamentada y desarrollada para su implementación.

viernes, 4 de febrero de 2011

Lineamientos pastorales frente al problema de discriminación y exclusión que viven las personas GLTTB

Introducción.

Nuestra sociedad uruguaya practica diversas expresiones de religiosidad, prueba de ello es la presencia de diferentes tradiciones religiosas. Algunas de ellas se caracterizan por incluir a las personas GLTTB, otras lo fueron haciendo con el paso del tiempo, pero algunas aún en la actualidad continúan discriminándolas y excluyéndolas.

Las personas GLTBQ, como parte de este mosaico religioso de la sociedad uruguaya, también desarrollan su espiritualidad y religiosidad, en unos casos siendo incluidas, en otros siendo discriminadas, producto de la construcción de una sociedad patriarcal, machista y homofóbica, que se refleja en nuestras tradiciones religiosas.

En la Iglesia Episcopal Antigua de Uruguay:

-          sentimos la necesidad de pedir perdón por tantos siglos de discriminación, culpabilización y exclusión hacia la personas GLTBQ, por parte de quienes se denominan cristianas y cristianos, con el convencimiento que no hay nada más lejos del mensaje inclusivo y liberador de Jesús de Nazaret que juzgar y condenar a las y los semejantes (Lc.6,36-38);

-          sabemos que durante esos siglos, lecturas fundamentalistas de la Biblia han creado una brecha entre las personas GLTBQ y el conjunto de la sociedad, promoviendo conductas violentas, que hieren la dignidad y vulneran los derechos de las personas GLTTB; pero eso, es sólo una interpretación errónea; la Biblia es la memoria y el testimomio de un pueblo formado por personas diversas, que experimentaron en su vida personal y colectiva, el amor entrañable de un Ser Indecible, Amoroso y Maternal que invita a la humanidad a su Fiesta y a su Mesa (Mt. 22,1-10) sin hacer diferencia entre las personas (Hch. 10,1-34); 

-          reconocemos el esfuerzo que han hecho y continúan haciendo las personas GLTBQ, en cuanto colectivo, para reivindicar sus derechos y su dignidad, por eso nos ponemos a su servicio ofreciendo lo único que tenemos (Hch. 3,4): el mensaje inclusivo y liberador de Jesús de Nazaret, que supo respetar e incluir a personas diferentes (Mt. 9,10), que lo único que condenó fue la injusticia y soberbia de la clase política y religiosa de su tiempo (Mt. 16,1-4); 

-          sabemos que el mensaje de Jesús de Nazaret no es sólo palabras sino fundamentalmente acciones (Mt. 25,34-41), por eso emprendemos este desafío pastoral dirigido a las personas GLTBQ. Entendemos que necesariamente, esta pastoral debe de ser liberadora e inclusiva, ecuménica e interreligiosa, donde todas las personas tengan su lugar y puedan experimentar y desarrollar su espiritualidad.

No desarrollamos esta pastoral hacia las personas GLTTB por su orientación sexual o sus prácticas sexuales. Eso no tendría ningún sentido. Entendemos que su orientación sexual es una parte constitutiva de su ser; así como hay personas altas y bajas, delgadas y obesas, rubias y castañas, también las hay heterosexuales, bisexuales, gays, lesbianas, trans y queer.

Desarrollamos esta pastoral, por la situación de vulnerabilidad en que son colocadas por la sociedad, una situación donde su dignidad y sus derechos están en riesgo permanente, por la discriminación y exclusión a que se ven sometidas. Esta situación es la que da sentido y fundamento a nuestra Pastoral GLTTB.


Fundamentación.

Las enseñanzas de Jesús de Nazaret, recibidas a través de los Evangelios, nada dicen en contra de las personas gays, lesbianas, trans, bisexuales y queer, ni de las prácticas sexuales con personas del mismo sexo: el Jesús histórico no condenó a las personas GLTBQ, ni sus prácticas sexuales.

Las enseñanzas que nos traen los escritos evangélicos sobre los "delitos sexuales" no se refieren a las personas GLTBQ, ni a sus prácticas sexuales (Lc. 7,36-50; Jn. 8,1-11), sino a personas heterosexuales y prácticas heterosexuales abusivas, y por lo tanto injustas: el Jesús histórico condenó la injusticia, la discriminación y la exclusión.

En la literatura paulina es donde encontramos, aparentemente, condenas tanto a las prácticas homoeróticas como lesboeróticas. Pero luego de un estudio serio y responsable de las Escrituras, sabemos que Pablo nada dice en Rom. 1,26-27 sobre el amor o las relaciones sexuales realizadas con libertad y respeto, entre personas adultas del mismo sexo y que, estas condenas son producto de lecturas fundamentalistas, patriarcales y homofóbicas, que algunas  corrientes cristianas hacen de la carta de Pablo a las comunidades cristianas en Roma: Pablo condenó la idolatría. Si Pablo hubiera condenado a las personas por su orientación o su práctica sexual se habría alejado del mensaje inclusivo de Jesús de Nazaret.

Por lo tanto, desde esta pastoral pretendemos actualizar y reafirmar el mensaje contenedor, sanador, liberador e inclusivo de Jesús de Nazaret, para la humanidad del siglo XXI, en el contexto latinoamericano, donde la inmensa mayoría de las personas GLTBQ son discriminadas, perseguidas y excluidas de la vida eclesial y también social de forma abusiva, generando injusticias.


Objetivo General:

Generar un espacio de encuentro entre personas GLTBQ, donde puedan experimentar el amor incondicional de Dios, que sale a su encuentro, las abraza, restituye su dignidad e invita a su fiesta y su mesa.


Objetivos Específicos:

OE1:  
Información, orientación y acompañamiento a personas GLTBQ en las diversas áreas de sus vidas.

OE2:  
Promoción y desarrollo de su espiritualidad y vida de fe.


Resultados:

OE1 – R1:
Agentes Pastorales formados, generan información hacia la sociedad en general y hacia las personas GLTBQ en particular, orientan y acompañan a quienes lo solicitan.

OE2 - R1:     
Local con accesibilidad y medios de comunicación que faciliten el contacto hacia y desde el mismo.

OE2 – R2:    
Las personas GLTBQ asumen la autogestión del proyecto pastoral.


Actividades:

1-     Difundir información a través de volantes.

2-     Difundir actividades a través de internet.

3-     Coordinar acciones en el correr del año con otros grupos GLTBQ.

4-     Realizar por lo menos un culto público mensual.

5-     Realizar reuniones, encuentros y talleres periódicos.

6-     Brindar información, orientación y acompañamiento pastoral, a través de teléfono o celular y del correo electrónico.

Lineamientos pastorales frente al problema del VIH y SIDA.

Introducción.

El VIH y el SIDA es un problema que, aún en la actualidad, continúa generando rechazo, discriminación y exclusión. Esta situación se agrava cuando las personas que viven con VIH son pobres. Cuando el nivel de instrucción es bajo, las condiciones de la vivienda insalubres, el desempleo es crónico, el acceso y la continuidad de los tratamientos se puede ver afectado.

Los signos realizados por Jesús de Nazaret, sanando y restituyendo dignidad a las personas enfermas, que nos narran los Evangelios, y la invitación que realizó a sus discípulos y discípulas para demostrar compasión y misericordia hacia todas las personas que sufren o son excluidas, sin hacer distinción entre ellas, constituyen la motivación de la Iglesia Episcopal Antigua ante la problemática del VIH y el SIDA.

En las enseñanzas y la práctica de Jesús, encontramos cuatro valores que nos motivan a emprender este desafío: la justicia con las víctima:

-          la solidaridad con las personas excluidas,
-          la compasión – misericordia hacia quienes sufren,
-          la equidad e igualdad a que todas las personas tienen derecho,
-          la dignidad humana de la que son portadoras.

Con la certeza absoluta, de que Dios ama gratuita e incondicionalmente a todas las personas, emprendemos este desafío pastoral con la seguridad de que estamos contribuyendo, a que las personas que viven con VIH y SIDA, tengan la oportunidad de experimentar el abrazo misericordioso y solidario de Dios, Madre - Padre, que les sale a su encuentro y las invita a su fiesta y su mesa (Lc. 15,20b-24).

Si bien esta propuesta pastoral, está dirigida a todas las personas que viven con VIH y SIDA, pondremos un acento especial en aquellas que se encuentran en situación de calle, que residen en refugios transitorios o en asentamientos precarios, que no tienen redes de contención y protección, o que se encuentran en situación de consumo de drogas. Porque sin lugar a dudas, ellas están en las prioridades de la “agenda” del Reino.

Entendemos, que estas acciones no podemos realizarla sin la compañía y el trabajo en equipo con otras personas e iglesias, por lo tanto, nos insertamos en un proyecto de Acompañamiento Pastoral, desde una perspectiva ecuménica e interreligiosa.


Objetivo General:

Contribuir a mejorar la calidad, de vida de las personas que viven con VIH y SIDA, desde una perspectiva del Evangelio.


Objetivos Específicos:

OE 1:
Intervención directa con personas que viven con VIH y SIDA.

OE 2
Información y prevención a nivel de grupos de riesgo y la población en
general.

OE 3:
Coordinación y articulación con agentes pastorales, socio culturales,
sanitarios y políticos.


Resultados:

OE 1- R1:      La Iglesia Episcopal Antigua, impulsa un servicio pastoral, dirigido a personas que viven con VIH y SIDA.

OE 2- R2:      La Iglesia Episcopal Antigua promueve dos campañas por año dirigidas a la población en general.

OE 3- R4:      La Iglesia Episcopal Antigua, participa en espacios de coordinación y articulación vinculados a la problemática del VIH y el SIDA, especialmente con grupos religiosos.


Actividades:

R1- Act. 1      Confeccionar y distribuir volantes informativos sobre el servicio pastoral.

R1- Act. 2      Confeccionar una guía de recursos comunitarios como apoyo al servicio pastoral.


R1- Act. 3      Confeccionar un protocolo de atención pastoral.

R1- Act. 4      Realizar un servicio pastoral, de atención directa, 3 horas diarias en el ambulatorio del Servicio de Enfermedades Infecto Contagiosas.

R1- Act. 5      Atender, orientar o derivar las consultas que se realicen personalmente o a través de llamada telefónica, mensaje de texto o correo electrónico.

R2- Act. 6      Una campaña con motivo del 29 de julio –Día Nacional de Lucha contra el SIDA- y otra con motivo del 1 de diciembre –Día Internacional de Lucha contra el SIDA- de cada año.

R3- Act. 7      Distribuir información pastoral y sanitaria junto con preservativos, de forma periódica en lugares de concentración de grupos de riesgo.

R4- Act. 8      Coordinar acciones con los diferentes actores sociales y sanitarios vinculados al VIH y SIDA.

R4- Act. 9      Promover y participar de un encuentro ecuménico y/o interreligioso, con motivo del Día Nacional de Lucha contra el SIDA, el 29 de julio o del Día Internacional de Lucha contra el SIDA, el 1 de diciembre, cada año.